Nicolas Cage está condenado a vivir su vida laboral con el cachondeo de los memes sonando siempre de fondo. No importa las películas que haga o la ilusión que ponga en ellas, siempre habrá gente que se pase de frenada con la broma y no sepa ver que Cage es mucho más que el actor de los gifs o un icono en el Internet del siglo XXI. 'Pig' es la demostración de que es capaz de elevar una película que muchos verán con ganas de guasa y saldrán con lágrimas en los ojos.
El anti-John Wick
Estamos cada vez más acostumbrados a películas que explotan y cuentan todo lo que hay que saber en los primeros diez minutos y después narran las consecuencias de ese prólogo: 'Pig' parece utilizar este recurso (alguien ha robado el cerdo trufero de un señor que vive aislado en el monte) pero es la excusa para desenrollar la historia de sus protagonistas de manera lenta pero segura: hasta los minutos finales no se desvela todo lo que subyace tras los silencios. Y es inevitable no acabar tocado.
'Pig' podría ser un apaño de 'John Wick' haber tirado por la ultraviolencia como venganza, y de hecho no la desdeña del todo, pero prefiere mostrar todas las capas de la personalidad de alguien tan fascinante como reclusivo. Rob ha vivido en diferentes mundos y sabe del poder sanador de la palabra y de la comida, del amor como única tirita posible para un dolor innombrable que no deja de sentir: es complejo, difícil de tratar y magnético durante cada minuto que sale en pantalla.
Es cierto que, como compañero, Amir llega mucho más lejos de lo que nadie llegaría por unas buenas trufas, pero su presencia es necesaria para que la trama no se quede en punto muerto. 'Pig' obliga a dar varios saltos de fe, pero en pos del estudio de personajes que hace no es difícil dejarse llevar. Sobre todo cuando el núcleo de la película está en lo que no cuenta, en el simbolismo: nadie en la película es capaz de dejar marchar a un ser querido, y la pena crece hasta dominar cada una de sus acciones. Resumirla en "Jajá, Nicolas Cage busca un cerdo" es una reducción al absurdo demasiado propia de estos tiempos.
Dame a mi cerdo trufero
Nicolas Cage firma uno de sus mejores papeles en esta película: es un actor que siempre da el cien por cien en cada personaje, aunque sea para un bodrio directo a DVD, pero en 'Pig' se nota que, desligado de las muecas y las expresiones exageradas, puede dar rienda suelta a una actuación en la que destaca su sobriedad, siempre conteniendo (por los pelos) el nervio. Memes y bromas aparte, el actor borda un papel en el que demuestra lo que siempre ha sido capaz de hacer en una madurez interpretativa impresionante.
'Pig' no es plato de buen gusto para todo el mundo. Es una película pausada más centrada en perfilar un personaje desagradable que en narrar un trabajo detectivesco en la búsqueda del cerdo en cuestión. Y eso la convierte en una obra fabulosa: deja de lado los fuegos artificiales y los lugares comunes para otorgar detalles en tan solo un par de frases comedidas (Amir no entrando a una habitación de la casa de su padre, el cocinero del chef de lujo recibiendo la crítica más honesta de su vida), confiando en la inteligencia emocional del espectador.
Al final, 'Pig' es una película en la que su festivo punto de partida se da de bruces con una reflexión sobre la tristeza, la pena, el duelo y cómo los mejores momentos pueden convertirse en recuerdos dolorosos. Y cómo, a veces, solo puedes encontrar la felicidad en algunas pequeñas cosas imperceptibles para los demás. Vamos, una fiesta.
Cagetatouille
Desde 'Ratatouille' no veíamos un discurso tan evocador respecto a la comida y las neuronas del recuerdo que activa. Pero lo que en la película de Pixar era una celebración de la vida a través del comer aquí es todo lo contrario: mostrar la otra cara de la moneda es vital en una obra que no deja rehenes por el camino. Por muy cínico que uno sea, 'Pig' acabará tocando tu fibra sensible.
El debut de Michael Sarnoski (que ya prepara un spin-off de 'Un lugar tranquilo') vive en los detalles, en las cintas que no puedes terminar de escuchar, en los árboles que no has cortado, en las habitaciones donde no quieres entrar, en la comida que una vez saboreaste. Es una experiencia única, una tesis dolorosa y una rara avis en la cartelera actual. Nicolas Cage no podía haber escogido una obra mejor para demostrar que vuelve a la primera línea.
'Pig' te pide paciencia, pero te recompensa con una obra repleta de claroscuros, matices, tristeza y amor a pesar de todo. Nicolas Cage está absolutamente soberbio acompañando un guion que no está dispuesto a dejarte salir de la sala sin que se te haya removido algo por dentro. Y todo ello buscando a un cerdo trufero.
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La noticia 'Pig': Nicolas Cage demuestra que es mucho más que un meme en una sobrecogedora cinta sobre el dolor, la pena y los cerdos truferos fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .
Javier Fernandez
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