Los directores Aaron Moorhead y Justin Benson, que causaron sensación con su retorcida meta-película ‘Resolution’ (2012) han ido construyéndose un nombre dentro de la escena indie a base de películas de cine fantástico llenas de ingenio y muy poco dinero, hasta que han conseguido dar el salto al mainstream fichando por Marvel para encargarse de la película de ‘Caballero Luna’. Pero probablemente su verdadero salto a la visibilidad vino con ‘Spring’ (2014).
Tras volver a sorprender con ‘El infinito’ (The Endless, 2017) y crear un microuniverso propio, ahora nadie duda de la creatividad de la pareja, que se han convertido en padrinos de la escena casi como lo hizo Larry Fessenden en los 2000. Su fórmula de dramedia centrada en la relación de personajes con implicaciones de género en algún punto a veces es casi un ejercicio algo mecánico para resolver la escala posible que puede tener una película de género con presupuesto casero, pero puede que en ‘Spring’ funcionara por primera vez con auténtico corazón.
En este esfuerzo bastante original, tenemos ingredientes muy parecidos a los de la nueva película de Píxar ‘Luca’ (2021), tenemos un romance en la costa italiana entre una nativa y un extranjero americano, con un girito monstruoso en donde lo único que cambia es el género de los protagonistas y el punto de vista de su relación. Y obviamente, el tono. Esta no es una adorable mirada nostálgica a la época con toque Disney, no. Sino más bien una agridulce visión de horror adulto de dónde podría ir realmente un romance improbable y desaconsejable.
El cruce imposible de Linklater y Lovecraft
En ‘Spring’ la joven genetista políglota Louise (Nadia Hilker) atrae al turista estadounidense Evan (Lou Taylor Pucci), y tienen una inmediata atracción con el aroma de inicio y todo el encanto del primer encuentro, un poco con el ADN de ‘Antes del amanecer’ (Before Sunrise,1995) de Richard Linklater pero con un poco de tentáculos y mutaciones corporales fuertecitas que no desentonarían en una película del Cronenberg de los años ochenta.
Se junta aquí el drama de Evan, que pierde a su madre por una enfermedad devastadora la misma semana en la que le echan del trabajo, con la investigación de Louise, que recibe al turista que ha viajado para quitarse de la cabeza esa acumulación de desgracias. Más allá de lo encantador del romance, nuestro punto de vista también trata de descifrar los misterios de la autóctona, conforme su comportamiento se transforma y que pone a prueba un amor tal vez nunca correspondido y con peligros implícitos más allá de una ruptura de corazón.
Una vuelta de tuerca a ideas de ‘Possession’ (1981) en un entorno idílico de ciudad turística con vistas al mar durante una semana en la que pasa de todo. Su corazón es un relato romántico hermoso, que se atreve a ir más allá en los límites tradicionales del género de terror, pero no deja de ser, en el fondo, un relato muy oscuro con cierto poso de tragedia que nos lleva a piezas conmovedoras como ‘Déjame entrar’ (Låt den rätte komma inIn, 2008) y ‘Un hombre lobo americano en Londres’ (An American Werewolf in London, 1981).
Un romance tenebroso
A diferencia de ellas es más pequeña pero no menos cálida y efectiva al retratar el sentimiento en el momento en el que el estómago se revuelve y te adentras en el abismo, cuando conoces a la otra persona mostrándote sin ningún cinturón de seguridad. Moorhead y Benson juegan bien con la naturaleza fantástica del film haciendo una sutil alegoría del proceso el enamoramiento como un hecho sobrenatural, entendiendo que también hay algo horrible en perder la perspectiva de sí mismo junto a otra persona.
‘Spring’ logra captura la arbitrariedad animal de quedarse colgado sin obviar la dulzura del embrujamiento aunque nunca pierde de vista la sensación insondable de una tragedia inevitable, combinando la vitalidad con la melancolía, casi como escuchar las canciones que han marcado tu verano el 21 de septiembre de camino al trabajo. Otro elemento muy atractivo es cómo permite vislumbrar un enigma con pistas que indican que ha sobrevivido a través de milenios de historia, evolución y mutación que mezcla lo cósmico con la tradición.
‘Spring’ tiene momentos que no justifican su metraje, pero a veces quisieras pasar mucho más tiempo experimentando el doloroso noviazgo de Louise y Evan entre paseos por calles llenas de carácter y acervo arcano. Como todas las buenas relaciones imposibles, es intensa y no va a cambiar tu vida, pero deja un poso especial en el que recordaremos lo bueno, que aquí, incluso con puntuales efectos especiales muy notables, acaban siendo los mágicos momentos de conexión de la pareja.
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La noticia 'Spring’: un singular romance lovecraftiano para imaginar como sería ‘Luca’ si estuviera dirigida por Cronenberg fue publicada originalmente en Espinof por Jorge Loser .
Javier Fernandez
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