El streaming llegó para quedarse, siendo tanto el presente como el futuro del entretenimiento. Tras el gran éxito conseguido por Netflix, todos quieren tener su propia plataforma y la duda hace tiempo que dejó estar entre utilizar o no el streaming para pasar a ser cuántas necesitas tener para colmar tus necesidades audiovisuales.
Una de las principales consecuencias de ello ha sido el declive del formato físico. ¿Qué necesidad tengo de llenar mi casa con series o películas cuando puedo acceder a ellas con un simple click? A priori es una lógica irrebatible, pero la cosa cambia si entramos en detalles. De hecho, creo que el formato físico es más importante que nunca en plena era del streaming.
¿El coleccionismo herido de muerte?
La principal línea de resistencia siempre ha estado en los grandes coleccionistas. Ya sea por una presentación elegante, por la notable cantidad de contenidos adicionales o por el mero hecho de que son incapaces de dejar de poseer los títulos que les gustan. Eso ha permitido el surgimiento de sellos independientes para satisfacer nichos de mercado concretos que las majors habían desatendido.
Sin embargo, eso no ha impedido que las ventas lleven varios años bajando de forma constante, mientras que las alternativas digitales y, sobre todo, el streaming no han dejado de ir a más. Parece inevitable asumir que el cambio de modelo será total en un futuro más o menos cercano, pero hay una libertad esencial que concede el formato físico de la que nos estamos olvidando.
Hay una serie de pegas imposibles de resolver en el caso del formato físico, siendo la más evidente el espacio que ocupa. Luego además uno puede encontrarse como problemas puntuales en formas de ediciones concretas defectuosas de forma masiva sin que los usuarios sean compensados debidamente o simplemente la invisibilidad de multitud de títulos -aunque, seamos justos, ese problema de momento es aún mayor en el caso del streaming-.
Lo que no se puede discutir es que si tienes una película o una serie adquirida en dvd, blu-ray, uhd -o incluso formatos ya abandonados como el vhs o el Laser Disc-, esa copia es tuya. Nadie la va a poder alterar como consecuencia del revisionismo histórico que haya concluido que alguno de sus elementos puede llegar a ser ofensivo.
Cuando pierdes el control sobre la película o serie
Sí, estoy pensando en casos como el de 'Lo que el viento se llevó', aunque en esa ocasión se solucionó con el regreso de la película acompañada de información dando contexto sobre su componente racista. Este punto gustará más o menos, pero lo realmente importante es que la película sigue accesible en HBO Max.
No obstante, solamente fue necesaria la llegada del miedo a su retirada para que las ventas en formato físico de 'Lo que el viento se llevó' se disparasen. Y eso que el anuncio de su retirada venía acompañada del dato aclaratorio de que era una medida temporal y pronto volvería a estar disponible.
La cuestión es que el caso de 'Lo que el viento se llevó' no ha sido una simple anécdota, sino un ejemplo más de que con el streaming dependemos de una serie de decisiones ajenas que van desde la conveniencia de mantener o no un título en el catálogo -hay no pocas películas y series que cuesta entender por qué no están en ninguna parte- hasta la posibilidad de manipular su contenido en mayor o menor medida.
Mucho se está hablando últimamente de la retirada de capítulos en series como '30 Rock (Rockefeller Paza)', 'Community' o 'Little Britain' por el uso del blackface. En el caso de esta última incluso se optó por cortar por lo sano y retirar la serie al completo de BBC y Netflix. De nuevo, la consecuencia fue que las ventas del formato físico se disparasen, y dudo que sea anecdótico que en webs como Zavvi se agotase el pack de '30 Rock (Rockefeller Plaza)' poco después de que NBC anunciase la retirada de varios episodios de la serie por decisión de Tina Fey.
A algunos puede que les haya pillado por sorpresa esa decisión, pero es algo que Hollywood lleva ya varios años practicando. Desde la eliminación del episodio de 'Los Simpson' en el que prestó su voz Michael Jackson para la llegada de la serie a Disney+ hasta la desaparición del gag de los créditos finales de 'Toy Story 2' por bromearse con el acoso sexual.
Las películas y las series ya dejan de ser de tu propiedad y las diferentes plataformas pueden censurarlas como crean conveniente, casi siempre para evitar posibles polémicas. Si ya las tenías en dvd o blu-ray, eso no sucede.
Otro detalle importante es cómo llegan esas series y películas a las diferentes plataformas de streaming. Muy comentado fue en su momento el lanzamiento de 'Los Simpson' en Disney+ con el formato de pantalla incorrecto, algo que se corrigió meses después, por no hablar del culo censurado de Daryl Hannah en 'Un, dos, tres... Splash' o de la aparición de una versión censurada de 'Regreso al futuro 2' en Netflix.
En este último caso se corrigió en cuanto alguien se dio y empezó a hablarse de ello, ¿pero y los casos en los que nadie recordará exactamente cómo era la versión original de la película o toda la gente que la habrá visto pensando que la cinta era realmente así?
Nada impide que surja más gente como George Lucas retocando la trilogía original de 'Star Wars', tradición que incluso siguió Disney+ con la polémica escena en la que existía la duda sobre si Han Solo disparó primero o no. y que tampoco caiga en el olvido que en la versión de 2002 de 'E.T., el extrarrestre' se llegaron a cambiar las armas de fuego por walkie talkies.
Y todo eso sin entrar a hablar de los límites en la calidad de imagen y audio de los servicios de streaming. Recordemos por ejemplo la polémica que acompañó al estreno de un episodio de la última temporada de 'Juego de Tronos' que se veía muy oscuro o las recientes declaraciones de Tom Hanks lamentando que 'Greyhound' se vaya a estrenar directamente en Apple TV+ sin pasar antes por los cines.
Evitemos que el formato físico desaparezca
Es cierto que el streaming es muy cómodo y no te roba espacio en el hogar, pero a veces nos olvidamos de que puede que simplemente ninguno de ellos tenga disponible la serie o película que estamos buscando. Y luego están todos los peligros que he mencionado más atrás, desde la censura de alguna escena hasta la retirada de capítulos completos.
Habrá quien piense que son casos aislados, pero se empieza por ahí y se acaba, bueno, no sabemos dónde puede acabar algo así. Bueno, tenemos un referente bastante curioso con Disney intentando hacer como si 'Canción del sur' no existiese. Una película racista, sí, pero el camino a seguir debería ser más en la línea de lo que ideó Warner con algunos cortos controvertidos que con su eliminación...
El día 30 de junio quitan de Netflix: Blade Runner, Zodiac, la saga de Parque Jurásico, Forrest Gump, Minority Report, El Increíble Hulk...
— Chema Ponze (@Chema_Ponze) June 25, 2020
¿Sabéis qué hay que hacer para que no te quedes sin verlas?
Ésto. pic.twitter.com/9Yb96xXz0v
Además, el mercado físico está claramente de capa caída y puede que llegue el día en el que simplemente no podamos comprar la serie o película que tanto amamos. Bueno, eso ya sucede con producciones exclusivas de plataformas de streaming como Netflix, pero podría extenderse perfectamente más allá de eso.
Lo que hace falta ahora es proteger el formato físico como se está haciendo en Francia, y tener muy claro que es fundamental para preservar nuestras obras favoritas como fueron concebidas inicialmente. Que algunas quizá no sean polémicas hoy, pero los patrones culturales cambian y lo que hoy está totalmente aceptado mañana será objeto de duras críticas
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La noticia Por qué comprar películas y series en formato físico es más importante que nunca en plena era del streaming fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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