Este viernes 28 de mayo llega a Amazon 'Parot', una producción de RTVE que va a poder verse en la plataforma de streaming antes de su llegada a la televisión pública en una fecha aún por concretar. La única certeza es que sus diez episodios ya están a disposición de aquellos usuarios de Prime Video y sospecho que no va a ser una serie que pase desapercibida.
Y es que la propia premisa de 'Parot' ya levanta ampollas, con la anulación de la doctrina que da nombre a la serie provocando la liberación de multitud de presos, complicándose todo más cuando varios de ellos van apareciendo asesinados de la misma forma con la que ellos acabaron con sus víctimas. Material que podría haber dado pie a un apasionante thriller que explorase los dilemas morales que plantea pero que a la hora de la verdad parece tener más interés en intentar incomodar al espectador que en cualquier otra cosa.
Retorciendo el vacío
'Parot' se divide en dos líneas argumentales principales. Por un lado tenemos la inevitable investigación alrededor de unos crímenes incómodos en todos los frentes. A fin de cuentas, hay quien piensa que las víctimas se merecían acabar así, pero en la serie creada por Pilar Nadal, Alonso Laporta, Luis Murillo Arias y Luis Murillo Moreno también está el enfoque de que hay que hacer justicia.
La serie no arranca mal en ese frente, planteando incluso una divergencia de criterios con la prensa que podría haber enriquecido de forma notable 'Parot'. Por desgracia, a la hora de la verdad queda relegado a ser otra fuente de conflicto en el que dar vueltas una y otra vez sobre las mismas ideas para ver cómo la protagonista interpretada por Adriana Ugarte va derrumbándose cada vez más.
Y es que el otro gran hilo conductor de 'Parot' es el trauma que arrastra la protagonista por haber sido violada durante su adolescencia por uno de los criminales que ahora recuperan la libertad gracias a la anulación de la doctrina en cuestión. Ahí no tengo muy claro qué es exactamente lo que busca la serie en los cinco episodios que se han puesto a disposición de la prensa, es casi como si buscara crear una inquietud constante pero cayendo en lo que suele decirse de perro ladrador, poco mordedor.
Es como si los guionistas de 'Parot' estuvieran más pendientes de marear la perdiz, de intentar crea un clima de intensidad constante en lugar de desarrollar de forma satisfactoria la investigación alrededor de lo sucedido -llega un punto en el que al menos a mí ya me daba igual quién puede ser el asesino- o esa sombra constante que sobrevuela sobre la protagonista.
Nunca despega
No obstante, lo que realmente lleva a que 'Parot' nunca termine de despegar es que más que personajes tiene marionetas dentro de una serie que coquetea siempre con lo sórdido pero sin caer en ello, que busca la incomodidad pero no da nada realmente que lo justifique más allá que palabras que en la mayoría de las veces acaba llevándoselas el viento.
Esa es una sensación que va yendo a más a medida que avanzan los episodios, pues inicialmente justo es reconocer que parece buscarse una concordancia visual con los dilemas que plantea la serie. Sin ser en ningún caso asfixiante, ni siquiera en ese esencial flashback para entender del todo las motivaciones de la protagonista, pero sí alimentando la idea de que es una serie que sabe lo que quiere.
Por desgracia, esa sensación se desvanece rápidamente en beneficio de una indeterminación que no le sienta nada bien a la serie, ya que es cierto que hasta cierto punto es necesario para manejarse en los grises que maneja a todos los niveles con quizá la idea de abrir debate sobre los temas que aborda. La realidad es que todo está construido de tal forma que oscila entre lo incómodo de la propuesta y la extrañeza por la indiferencia que puede llegar a causar.
Al menos Ugarte defiende con relativa soltura un personaje que en otras manos podría haber sido un desastre, mientras que Blanca Portillo aporta un poquito de naturalidad a una serie que peca precisamente por su ausencia. El resto del reparto poco aporta a unos personajes vacíos por adultos que sean los temas que lleguen a tocarse, y lo pero es que lo son sin que sea porque la serie hace algún tipo de apuesta -pienso por ejemplo en la sobreabundancia de giros locos de 'El inocente'-.
En resumidas cuentas
Siempre queda la esperanza de que 'Parot' enderece en parte el rumbo cuando haga una apuesta decidida por ir evolucionando en las tramas que propone, pero lo visto hasta ahora me ha dejado con muy pocas ganas de seguir adelante. No me interesan los personajes, la trama no me engancha y esa moralidad dudosa que maneja acaba resultando un tanto inerte.
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La noticia 'Parot': la serie de Amazon y RTVE es un turbio thriller más interesado en incomodar que en los dilemas que plantea fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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