Vivimos tiempos en los que parece que si no pones por las nubes una película o una serie, eso quiere decir que en realidad es una mierda. El problema es que muchas veces simplemente están un punto intermedio entre ambos extremos y uno simplemente tiene que explicarlo lo mejor que puede. Sin embargo, hay veces en los que sí surge algo que a uno le entusiasma o le repele por completo, y con 'Los Mitchell contra las máquinas' ha sido lo primero.
Inicialmente prevista para verse en cines de la mano de Sony, 'Los Mitchell contra las máquinas' ha acabado convirtiéndose finalmente en una película de Netflix, servicio que la pondrá a disposición de todos sus clientes este viernes 30 de abril. Lo cierto es que son tantas las cosas positivas que puedo contar de ella que empezamos diciendo que estamos ante una maravilla, seria candidata a mejor película del año, antes de ir detallando el por qué.
Imaginación sin límites
Hay varias formas de ver la historia que propone 'Los Mitchell contra las máquinas'. Una sería centrarse en la rebelión de las máquinas conectándola con 'Terminator', pero tampoco es difícil acordarse de la nunca suficientemente valorada 'Goofy e hijo' por los intentos de un padre para volver a conectar con su hija, quien en realidad se muere de ganas por estar en otro sitio en lugar de iniciar un viaje de carretera en familia.
Podría enrollarme más mencionando otros títulos que este o aquel motivo te pueden pasar por la cabeza viendo 'Los Mitchell contra las máquinas', pero tampoco tiene especial razón de ser más allá de que, obviamente, el guion de Mike Rianda, también director de la película, y Jeff Rowe no inventa nada en lo puramente argumental, pero la clave es saber utilizar recursos más o menos comunes y mezclarlos con tanta habilidad que la película despega rápidamente y en ningún momento decae.
¿Realmente es posible algo así en una cinta que, claro está, tiene momentos un poco más relajados para no dejar completamente exhausto al espectador? Por supuesto, y la clave de eso está en la capacidad que tiene 'Los Mitchell contra las máquinas' en poder ser divertidísima como la misma facilidad con la que toca la fibra sensible del espectador sin sentirse algo demasiado buscado. Sin que sea exactamente lo mismo, es más como el Pixar de los inicios de ese estudio que el actual.
Una delicia en todos los aspectos
Además, 'Los Mitchell contra las máquinas' no descuida otros dos elementos clave en una película de estas características. Por un lado, la animación es exquisita, partiendo de unos diseños muy estimulantes para luego revelarse como una propuesta muy juguetona en términos visuales, y todo eso optando siempre por un enfoque más cartoon en lugar de esa tendencia actual al hiperrealismo. Es probable que te pierdas algún detalle genial si te da por apartar un momento los ojos de la pantalla para mirar tu móvil.
Eso no quiere decir que se caiga en el error de un exceso de estímulos para intentar mantener enganchado al espectador, pero sí que no hay ningún rubor a la hora de desviarse de la tipología de animación dominante para aportar cuando se siente que eso va a aportar algo, ya sea a la película en su conjunto o alguno de sus personajes. Y es que en este otro apartado, 'Los Mitchell contra las máquinas' también brilla con una gran intensidad.
Me encantan todos los personajes de 'Los Mitchell contra las máquinas', así de sencillo. Todos ellos tienen una función clara en la película sin que se sientan meras herramientas narrativas, se les permite brillar cuando se requiere de ellos y en ningún caso se abusa de algo para intentar convertirlo en un gag recurrente. También es que no es necesario, pues el arsenal de bromas, desde aquellas que buscan ser desternillantes lográndolo con creces hasta otras que transmiten un ternura sin parangón, es abrumador.
Lo tiene todo
De hecho, no descarto que se me pasara algo por alto, otro motivo más para estar deseando volver a verla, ya que 'Los Mitchell contra las máquinas' también es ese tipo de película. Pocas veces uno queda tan satisfecho y entretenido con lo que acaba de ver que se plantea volver a darle a reproducir nada más aparecen los títulos de crédito finales, pero os puedo garantizar que es una de esas rarísimas ocasiones.
Y sí, vale, se puede decir que es previsible, pero es que por el camino te va seduciendo con todas sus virtudes hasta el punto de que uno no se deja llevar, simplemente quiere seguir con ellos en su misión imposible para intentar salvar a la humanidad. En ese trayecto hay momentos más divertidos, otros en los que prima la emoción o el espectáculo visual, sin olvidar la necesidad de que realmente se sienta el peligro y al mismo tiempo funcione como entretenimiento familiar. Sencillamente lo tiene todo.
No me quiero olvidar tampoco del gran trabajo de la selección de actores que prestan su voz en la versión original. Dudo muchísimo que eso se pueda reproducir con el doblaje al castellano, ya que todos ellos encajan como un guante en sus personajes, ayudando a potenciar todo su atractivo y aportando una dosis de encanto adicional que terminará de conquistar a cualquier escéptico.
En resumidas cuentas
Tengo claro que no puedo garantizar que 'Los Mitchell contra las máquinas' vaya a gustar a todo el mundo, ya que ninguna película podrá lograr eso, pero también que me extrañaría muchísimo que nadie se lo pase en grande con ella. Es hilarante cuando se lo propone, sincera en su emotividad cuando apuesta por esa vía y en todo momento entretenidísima. Una gozada de principio a fin donde todo funciona.
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La noticia 'Los Mitchell contra las máquinas' es una maravilla: la película de Netflix desborda diversión, emoción y encanto fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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