Alguien tenía que venir a salvar nuestra realidad. 'Bill y Ted salvan el universo', la nueva aventura alucinante de Keanu Reeves y Alex Winter es un viaje contra el tiempo, algo marca de la casa, que cierra una trilogía inaudita con una secuela -homenaje - spin-off donde nada está fuera de lugar más allá, claro, del tiempo inexorable. La película está disponible en plataformas digitales.
La última canción
Como sucedía en la última entrega de 'Phantasma', con la que tiene mucho en común, esta aventura llega a su fin gracias al empeño de un par de colegas que han demostrado ser tan soñadores como sus eternos personajes. Resulta difícil no emocionarse con este rato a salvo, en familia.
Hablando de familia, sus hijas en la ficción han dado alas a un tipo de historia que no suele funcionar del todo. Cuando nos metemos con los hijos de los protagonistas, lo normal es encontrarnos ante una mala secuela de la momia o de cualquier otra franquicia.
Al igual que en la citada película que cierra la historia de Don Coscarelli, nos encontramos con una historia crepuscular, casi un funeral en vida, pero con la energía y la fuerza de del homenaje a los amigos que se despiden. Triste, pero esperanzador y optimista. En esas estábamos, preguntándonos cómo demonios afrontar el reencuentro con unos personajes de culto que habían logrado dejar una enorme huella emocional colectiva.
Para hacerlo, los guionistas de las dos películas anteriores Chris Matheson, Ed Solomon, no solo querían mantener el mismo espíritu festivo de las dos películas anteriores sino, sobre todo, devolver la vida a sus personajes. Y qué mejor manera que enviarlos directamente a... una sesión de terapia. Keanu Reeves, bajista del grupo de rock californiano Dogstar y apasionado de la música, recupera un papel con el que encadenar otra saga tras su resurrección para la próxima entrega de 'Matrix'. Es bastante probable que eso, junto al éxito de 'John Wick' y ser el tío más querido de internet hayan sido los verdaderos impulsores de la propuesto.
Paradojas musicales
Hay que tener en cuenta los peligros que suponen recuperar este tipo de cosas. Ya lo decía Astrud: la nostalgia es un arma. Y a veces dispara contra nosotros. Recuperar una película tan de culto puede jugarnos una mala pasada. 'Jay y Bob el silencioso: El reboot', dejó una sensación de vacío importante en el público. Una película que además de no poder disfrutar de una serie de pases en salas con la que aumentar el culto solo ha caído en el olvido de la sobrecarga de oferta actual.
Afortunadamente para los seguidores de la saga, la película de Dean Parisot, tal vez la espina que no se ha podido sacar con la secuela de 'Galaxy Quest', es algo más honesta y menos cínica. Es ahí donde reside el secreto y la tradición de estos dos soñadores: tienen el corazón en su sitio. Bill y Ted, con la ayuda de sus hijas (fantásticas Brigette Lundy-Paine y Samara Weaving), deberán hacer lo que no han logrado todavía: crear un hit. Y ya no tienen 20 años.
En estos tiempos difíciles, donde la oscuridad reina, donde la incertidumbre campa a sus anchas y donde no parece que la esperanza se asiente un rato, 'Bill y Ted salvan el universo' es un regalo caído del cielo por el que debemos estar agradecidos. Sí, desde luego luce más pobre que sus predecesoras, y tal vez el tema climático no sea el mejor del mundo, pero es una película que abre con el logo de Orion y que además, termina con una canción de Weezer. Solo por eso ya es mejor que las demás.
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La noticia 'Bill y Ted salvan el universo', la entrañable despedida de dos de los personajes más carismáticos de los 90 fue publicada originalmente en Espinof por Kiko Vega .
Javier Fernandez
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