El año 2020 ha estado repleto de cancelaciones por culpa de la crisis del coronavirus. El Festival de Eurovisión fue uno de los muchos eventos cancelados, con la particularidad de que fue la primera vez en su historia que no llegó a celebrarse. Eso tuvo varias consecuencias, pero la que nos interesa ahora es que provocó a su vez el retraso en el lanzamiento de la película de Netflix 'Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga', la cual finalmente llega a la plataforma este viernes 26 de junio.
Protagonizada por Will Ferrell y Rachel McAdams, ‘Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga’ parecía destinada a ser una parodia del célebre certamen musical, pero luego es una comedia con otro tipo de enfoque en la que un improbable dúo tiene como gran objetivo musical triunfar en Eurovisión. Quizá dure un poco más de la cuenta, pero es una propuesta entretenida en la que destaca el buen hacer de su reparto.
Un sueño imposible
El primer tramo de la película está centrado en presentarnos a los dos integrantes de Fire Saga, un grupo procedente de una pequeña localidad de Islandia que parece haber dejado de lado cualquier otra cosa en su vida que no sea intentar llegar a Eurovisión para hacerse con la victoria. Sin embargo, nadie les apoya, sentándose las bases para que verlo como un sueño imposible sea la única opción razonable.
Esto sirve también para presentar a sus personajes, en especial a sus dos protagonistas, pero también a más habitantes del pueblo como el padre de Ferrell en la ficción interpretado con solvencia por Pierce Brosnan. Sin embargo, la clave está en entender la relación que une a Lars (Ferrell) y Sigrit (McAdams), porque sobre el papel parece una pareja tan difícil de creer o incluso más que el hecho de que puedan participar en Eurovisión y tengan alguna opción de ganar allí.
Lo primero que hay que tener claro es que Ferrell reincide en su estilo interpretativo habitual, ese que conquistó en su momento a millones de espectadores pero que también resulta irritante para no pocos aficionados al séptimo arte. Yo aquí le noto un poco más moderado que en otras ocasiones y la actitud del personaje encaja lo que presenta el guion escrito por el propio Ferrell junto a Andrew Steele.
Es hasta necesario que resulte un poco desesperante, tanto por su obsesión con ganas Eurovisión como por el hecho de su aparente resistencia a iniciar una relación con Sigrit. Desde el primer momento quedan claros los sentimientos de ella y McAdams maneja estupendamente ese cruce entre entusiasmo y cierta frustración que arrastra Sigrit, teniendo además cierta evolución de personaje que impide que acabe repitiéndose de forma innecesaria.
La implicación de McAdams, una actriz nunca lo suficientemente reconocida, resulta además esencial para que el personaje no se desequilibre y acabe resultando demasiado absurdo. Eso sí, lo más sorprendente es su buena química con Ferrell, especialmente importante porque todo se construye alrededor de la relación entre ellos y uno tiene que sentir cierto interés en saber qué es de ellos para no llegar un tanto agotado al previsible desenlace.
Mezclando lo romántico y lo musical
Y es que en ‘Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga’ lo más importante es esa relación personal y a partir de ahí se adorna con un entorno tan excéntrico como lo son sus dos personajes para que el director David Dobkin consiga dar con el tono adecuado para mantener al espectador entretenido durante sus casi dos horas de metraje, sabiendo además utilizar con pericia a su reparto, incluso aquellos en papeles menores.
Tanto es así que no tienen problemas en alterar las reglas de Eurovisión para darle un toque más dramático al tramo final de la película, incidiendo así en el crecimiento de sus dos protagonistas, en especial Lars. A cambio, los fans de este concurso que se acerquen a ella tienen una extensa secuencia musical en la que aparecen varios ganadores de Eurovisión, siendo ahí donde recibe su verdadero homenaje aunque sea a costa de un pequeño parón narrativo.
Eso sí, por mi parte disfruté especialmente con el representante de Rusia interpretado por Dan Stevens, lo más divertido de la función junto a McAdams y quizá por encima de ella -es inevitable acordarse de que no es ella quien canta realmente cuando escuchamos a Sigrit, mientras que Ferrell sí lo hace-. Es un personaje muy diferente a lo que había visto antes a un actor ya de por sí interesante, demostrando estar muy cómodo en la piel de Alexander Lemtov. Además, la película sabe manejarlo bien cuando podría haberlo convertido en villano de forma innecesaria.
Tampoco esperéis un guion memorable, pues se apoya en varios lugares comunes sin explorarlos de una forma especialmente interesante y hay situaciones que no consiguen ser tan divertidas como pretenden, pero sí que tiene un cierto toque entrañable que invita a dejarse llevar y disfrutar con lo que va sucediendo en esta historia sobre el ímpetu por conseguir un sueño y que acaba siendo más un relato de descubrimiento de algo que siempre había estado ahí sin que sus protagonistas se diesen cuenta.
En resumidas cuentas
‘Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga’ quizá habría sido mejor con un poco más de mala leche, pero opta por un entretenimiento más accesible que aprovecha un concurso con millones de fans en todo el planeta para a la hora de verdad ofrecernos un efectivo pasatiempo en forma de comedia romántica con elementos musicales. Para pasar un buen rato sin grandes pretensiones cumple de sobra.
Puedes ver 'Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga' en Netflix a partir del 26 de junio.
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La noticia 'Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga', una simpática comedia de Netflix donde destaca su reparto fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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