En agosto de 2017, Netflix estrenó una nueva comedia creada por Robia Rashid, que había trabajado en 'Cómo conocí a vuestra madre' y 'The Goldbergs'. Con estos títulos a sus espaldas, una nueva sitcom no debería suponer un gran reto para ella.
O sí. Porque 'Antarctica' (ese era el título original de la serie) iba a girar en torno a la vida de un chico diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA), sus anhelos, problemas y su día a día. Eso enmarcado en una comedia familiar para adolescentes. ¿Tenía posibilidades de triunfar?
Después de tres temporadas, 'Atípico' ('Atypical') se ha ganado un hueco en nuestros corazoncitos de seriéfilos de ceño fruncido. Mientras no dejamos de acumular visionados esperando que una nueva serie arrebate nuestra alma (si es que la tenemos), siempre podemos volver a productos como 'Atípico', ese producto de fácil digestión que no decepciona. Sin embargo, Netflix ha decidido que cuatro temporadas son suficientes y ya ha adelantado su final.
Sam Gardner (Keir Gilchrist) es el protagonista de esta serie. Cuando comienza ‘Atypical’, Sam es un chico de 18 años, diagnosticado de TEA, que está acabando el instituto y se plantea los retos de cualquier adolescente: ser más independiente y tener novia.
*A partir de aquí mucho cuidado con los SPOILERS si no has visto la tercera temporada...
Es difícil no querer a Sam
Y es que, aunque Sam sea una persona diferente, la serie pone en valor sus circunstancias y problemas con situaciones que, realmente, nos afectan a todos los seres humanos, tengamos las particularidades que tengamos.
Sam es tremendamente inteligente, dibuja muy bien, es metódico y responsable. Compagina sus estudios con un trabajo. Pero le cuesta comunicarse con los demás y puede ser un tanto obsesivo (esto último le pasa casi al 100% de los seres humanos).
Sam se abre al mundo desde su abrumadora y letal sinceridad. Y, en muchas ocasiones, con su sentido común y su objetividad, es el más centrado de todos los personajes y el que les salva de los laberintos emocionales del día a día.
Para entender mejor lo que siente y piensa, es la voz en off de la historia, un recurso del que se abusa mucho en la ficción en general, pero que en 'Atípico' me parece que está muy bien traído, para poder descifrar a un personaje bastante parco en explicaciones.
Otra forma de canalizar sus sentimientos está en su gusto (y obsesión) por los pingüinos. Tiene conocimientos casi enciclopédicos sobre estos animales y la vida en la Antártida. Su mención sirve como metáfora de las situaciones a las que Sam se enfrenta.
Estamos ante una serie de las llamadas de género coming-of-age. Es decir, de crecimiento personal. Hemos visto evolucionar mucho a Sam en estas temporadas. En la segunda tanda de capítulos, su reto era graduarse y entrar en la facultad.
Y, en la tercera entrega, le vemos enfrentarse a esa vida universitaria mientras lidia con las personas de su entorno. Para la cuarta temporada (si es que la hay) ya sabemos qué nos vamos a encontrar: compartir piso con su amigo Zahid (Nik Dodani).
La vida familiar
'Atípico' es una sitcom familiar y los Gardner tienen un gran protagonismo. De hecho, en la tercera temporada la serie se convierte en una producción con un protagonismo muy coral.
Tenemos a Elsa (Jennifer Jason Leigh) y Doug (Michael Rapaport), un matrimonio que no se da cuenta del pozo en el que vive. Elsa quiere ser la madre perfecta, volcada las 24 horas del día en su hijo. Esa sobreprotección le hace olvidar sus propias necesidades, como tener una relación saludable con su pareja.
Elsa y Doug son una pareja en crisis. Es verdad que el detonante parece la infidelidad de Elsa con un camarero mucho más joven. Pero sus problemas vienen de mucho atrás, cuando dieron por sentado el "hasta que la muerte nos separe", y dejaron marchitar su relación.
Caer en la rutina, de nuevo un conflicto con el que han de lidiar (casi) todas las parejas. Sus idas y venidas, la decepción de Doug, el golpe de realidad que se lleva Elsa cuando cree que puede perderlo… no son, en realidad tan graves. Y es que ‘Atypical’ nunca abandona su tono blanco y optimista que hace que el matrimonio se reencuentre una y otra vez.
Otro de los personajes cuya vida está condicionada por Sam es Casey (Brigette Lundy-Paine), su hermana menor. Malhumorada e irónica, Casey tenía todas las papeletas para caer mal. Todos tenemos una lista de personajes adolescentes a los que odiamos porque nos cuesta comprar su enfado permanente con el mundo.
Pero Casey es también bondadosa, quiere muchísimo a Sam y, muy importante, la vemos caer una y otra vez, siendo muy humana. Casey es uno de los personajes que ha adquirido más protagonismo con el paso de los capítulos.
Y ese triángulo amoroso con Evan (Graham Rogers) e Izzie (Fivel Stewart), en el que se plantea su orientación sexual pero sin pensar que eso puede conmocionar su vida (afortunadamente, la sociedad ha cambiado mucho), le da un punto muy interesante.
La importancia de los secundarios
¿Cuántas películas hemos olvidado casi por completo a excepción de ese secundario que salía solo un par de momentos pero que tenía más arte que todos los demás personajes juntos?
'Atípico' no ofrece conflictos delirantes de carcajada a mandíbula batiente, pero dentro de su blancura y su propósito de aprendizaje, también sabe ser muy divertida y buena culpa la tienen sus secundarios. Son auténticos robaescenas que sabemos que van a levantar una secuencia en cuanto aparecen.
Uno de ellos es Zahid, el mejor amigo de Sam. Trabaja en la tienda de electrónica con él y es un gurú especialista en cada una de las disciplinas vitales habidas y por haber. Zahid se considera a sí mismo un seductor irresistible y, lo más curioso, nosotros también acabamos viéndolo así, gracias a su labia irrefrenable y a un ego que no cabe en este planeta.
En la tercera temporada, el personaje se ha humanizado bastante, gracias a esa novia tan peculiar que es Gretchen. Gretchen se convierte en enemiga natural de Sam, pues se atreve a robar en la tienda y, mucho peor, llevarle la contraria en varios temas. En realidad, no es un personaje negativo, solo alguien excéntrico que no encaja en ningún molde que Sam conozca.
Y luego está ella, la maravillosa Paige (Jenna Boyd). Tan rubia y tan empollona. Paige también lo tiene todo para resultar repelente. Bueno, de hecho, lo es. Pero, precisamente, se hace fuerte en su personalidad acaparadora y ahí reside el encanto del personaje.
La novia de Sam es un claro ejemplo de perseverancia. Mientras Sam fantasea con encontrar el amor, ella da el primer paso y le invita a estudiar juntos, algo que Sam no entiende demasiado porque, si él saca mejores notas que ella, ¿qué beneficio puede obtener? Paige aguanta una y otra vez las dudas de Sam sobre su relación y nos ha regalado momentos brillantes como cuando degolla a un pingüino de peluche gigante.
El debate de 'Atípico'
Argumento, personajes, giros… Pero lo que muchos se plantean cuando ven ‘Atypical’ es ¿hasta qué punto ofrece un punto de vista real sobre el autismo? En los últimos años, nos hemos acostumbrado a una ficción mucho más inclusiva en la que las minorías o, simplemente, aquellos que son distintos, tienen un hueco protagonista cuando antes eran invisibles.
El TEA es uno de los trastornos que más espacio ha ganado en televisión. Sheldon Cooper (‘The Big Bang Theory’), Abed Nadir (‘Community’) o Shaun Murphy (‘The Good Doctor’) han ayudado a romper muchas barreras pero, ¿también a crear falsos estereotipos?
Desde el principio, 'Atípico' quiso ser una ficción que mostrase el trastorno del espectro autista de un modo realista. Por eso, se contó con el asesoramiento de Michelle Dea, trabajadora del Centro de Investigación y Tratamiento del Autismo de la UCLA. Y, a partir de la segunda temporada, se incorporó al equipo de guion David Finch, quien también es autista.
Aún así, la serie no ha estado exenta de críticas. Una de las principales es que el actor que interpreta a Sam no es autista en la vida real (este debate nos recuerda a la polémica sobre si Paco León era el adecuado para interpretar a un personaje trans en 'La casa de las flores').
El periodista Matthew Rozsa y el actor Mickey Rowe, ambos autistas, han criticado la serie. Según Rozsa, "Sam está solo a uno o dos grados de la caricatura familiar del sabio idiota: inepto, torpe y raro cuando la trama lo exige, pero capaz de ser refrescantemente inteligente, honesto y divertido".
Como sea, y juzgando la serie solo como ficción, 'Atípico' quizá no sea la fascinante serie que nos enganche capítulo tras capítulo, pero si es simpática y muy agradable de ver. Algo que no consiguen algunos de los dramas más supuestamente sesudos.
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La noticia 'Atípico' es una de las comedias más recomendables de Netflix: una agradable serie familiar contra los estereotipos sobre el autismo fue publicada originalmente en Espinof por Noelius .
Javier Fernandez
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