En el ya lejano 2012, Alfonso Sánchez firmaba su ópera prima, 'El mundo es nuestro', entre el respeto y el aplauso de crítica y público. Con ella trasladaba a la gran pantalla sus trabajos en el cortometraje con su colega Alberto López, logrando una de las películas nacionales independientes más recordadas de la década. Ahora, con el reconocimiento a su obra más que asentado, regresa con su nueva comedia negra, 'Para toda la muerte'.
Funcionarios del humor
Los compadres han vuelto con la intención de convertirse en la comedia nacional de la temporada, algo que en teoría desean muchos pero solo unos pocos lo consiguen. Si el año pasado uno de los afortunados fue Álvaro Fernández Armero con su última película, 'Si yo fuera rico', este año el primero en la parrilla de salida es este negro relato sobre ambición y puestos de trabajo fijos.
José Vicente (siempre divertido Alberto López), es un pobre diablo que lleva casi una década opositando para lograr un sueño: convertirse en funcionario y dejar de ser así un peso muerto mantenido por su familia y la de su novia. Tras una serie de situaciones extrañas y equívocos, José Vicente deberá mover ficha en la partida más importante de su vida y de la todo aquel que se encuentre con él.
Lo que empieza con un par de momentos francamente divertidos y una prometedora premisa inicial, en un primer acto lleno de diálogos ágiles y eficaces que sacarán más de una carcajada en el espectador, deja paso finalmente a una narrativa algo perezosa y llena de lugares comunes. Y es que 'Para toda la muerte' recorre caminos demasiado transitados, algo desgastados ya, que la acercan más a los enredos teatrales al servicio de viejas glorias de la televisión nacional que habitan las salas independientes de Madrid que a un 'Puñales por la espalda', por poner un reciente ejercicio de comedia negra coral.
El saloncito de la muerte
Por desgracia, todas las promesas de enredos y disparates terminan por acomodarse en una única localización, exageradamente teatral, donde un reparto de secundarios que aporta poco más que su presencia, poco más que hacer bulto en el sofá, se dedica a intentar desentrañar un asunto que se ha ido de las manos tanto a su personaje como a su director y guionista, que también se encarga de uno de esos de papeles.
Afortunadamente, y tal vez consciente de que en esta ocasión no había mucho más que contar más allá de la buena anécdota que sirve de premisa, Sánchez se encarga de que la historia no llegue a los ochenta minutos de duración, lo que habría sido una carga imposible de soportar para sus débiles cimientos, algo que no sucedía en su recordada ópera prima, mucho más esforzada a todos los niveles.
'Para toda la muerte' es una comedia negra de enredos a la que se agradece el molestarse en reflejar la situación de millones de españoles que ven en el funcionariado mileurista una salida triunfal y exitosa a la situación de precariedad económica y social que seguimos atravesando. La denuncia está hecha, pero al igual que buena parte de los chistes de la trama, está tan desgastada que ya cuesta prestar atención.
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La noticia 'Para toda la muerte', un discreto sainete sin la frescura de 'El mundo es nuestro' fue publicada originalmente en Espinof por Kiko Vega .
Javier Fernandez
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