El cine social europeo ha tenido como referentes en las últimas décadas a cineastas de peso como Ken Loach, los hermanos Dardenne, Aki Kaurismäki o Robert Guédiguian, por citar solo algunos ejemplos. A excepción del realizador finlandés todos ellos han estrenado nueva obra en este año, incorporando a su cine los problemas acuciantes que afectan a la población europea en el presente.
'Gloria Mundi' y el necesario cine de denuncia
Mientras que los Dardenne situaban el foco en la veloz radicalización de un joven musulmán, en 'El joven Ahmed', Loach denunciaba los nuevos y nocivos modelos de negocio como el de los repartidores empleados como falsos autónomos, en 'Sorry We Missed You'. El veterano director francés Robert Guédiguian también señala los problemas de la precariedad laboral de la clase media y advierte de la dureza de estos actuales modelos de contratación, en este caso el de un conductor de Uber.
'Gloria Mundi' es el título de la nueva película de Guédiguian, en salas españolas desde este viernes 29 de noviembre, protagonizada por personajes desesperados ante la dramática situación laboral y la falta de empatía que envuelve a la sociedad actual. Una familia humilde marsellesa que se ve conmovida por dos sucesos: el nacimiento de Gloria y la salida de la cárcel de su abuelo.
Las profesiones de estos personajes son variopintas, desde un conductor de Uber a una limpiadora, pasando por una asistenta de ventas en periodo de pruebas, reflejándose con ellos el oscuro panorama del empleo. A los únicos que al parecer les van mejor son a los tíos de Gloria, que han abierto un negocio de compraventa de productos de segunda mano, aunque para ello hayan optado por someterse a las reglas del imperante capitalismo salvaje.
"El discurso del amo es también el discurso del esclavo. Hasta en las clases más desfavorecidas lo increíble es que hagan suyo ese discurso del amo y utilicen palabras como 'liderazgo'. Es tremendo que esto esté ocurriendo actualmente, antes no sucedía", comentó Guédiguian en su paso por el Festival de cine de Sevilla, donde la película compitió en la Sección Oficial.
El director introduce una alargada ristra de problemas que él observa en la Francia actual derivados del sistema económico predominante: creciente xenofobia ante la rivalidad por un puesto de trabajo, consumo de drogas para poder soportar el ritmo agitado de nuestras aceleradas vidas, adicción al éxito y obsesión por ascender, falta de empatía con el prójimo, división en la lucha obrera... Todos ellos expuestos con una evidente lectura política y vertidos cual coctelera agitándose a la máxima potencia, a veces echando en falta más delicadeza.
El responsable de títulos como 'Marius y Jeannette' (1997) o 'La ciudad está tranquila' (2000) vuelve a reunir a su equipo habitual de actores entre los que se encuentran Gérard Meylan, Jean-Pierre Darrousin, Anaïs Demoustier o Ariane Ascaride (su esposa en la vida real y premiada como mejor actriz por este filme en la última edición del Festival de Venecia).
"El reparto funciona como una compañía de teatro, da igual si eres protagonista o secundario, lo que cuenta es el conjunto", explica Guédiguian, que también aclara con cuál de los personajes se identifica más: "Sin duda el personaje más cercano a mí es el abuelo de Gloria, el que sale de la cárcel (y encarna Meylan). Él representa lo que yo pienso, cómo veo el mundo. En otras películas son otros los personajes que me simbolizan".
Robert Guédiguian: "Reivindico la violencia para cambiar las cosas."
Del mismo modo dejó claro las desemejanzas de sus filmes pese a contar con idénticos actores y misma ciudad para filmar: "Siempre he intentado hacer películas diferentes las unas a las otras. Trabajo siempre con el mismo reparto y mantengo invariable el escenario de mis historias en Marsella, pero intento variar en cada obra".
Lejos de la luminosidad y el optimismo que emanaba su filme anterior, 'La casa junto al mar' (2017), 'Gloria Mundi' es sombría y oscura, rodeada de fatalismo y desilusión. "La película es muy negra pero eso no quiere decir que no crea que existan islotes de esperanza, conozco a muchos jóvenes que van en contra de todo lo expuesto aquí. Por tanto, aunque en 'Gloria Mundi' quería mostrar pesimismo sí creo en la esperanza y esta se encuentra en el bebé que da nombre al título”.
A pesar de que la sutileza no se encuentre entre los logros del filme y se eche en falta más matices en los personajes para que la verosimilitud no resulte dañada, es de agradecer que existan cineastas que continúen denunciando los males del sistema y la sociedad de hoy en día, donde la clase trabajadora se enfrenta entre ella misma por míseros puestos de trabajo. "Parece que todo el mundo esté de acuerdo en olvidar lo que se ha ganado. Estamos en un periodo de la historia siniestro, aunque existan relatos disidentes y esa lucha contracorriente", afirma el realizador.
"Hasta que los chalecos amarillos no comenzaron con la violencia tras semanas de protestas, Macron no aprobó reformas, que aun así son ínfimas. Hay que usar la violencia, yo la reivindico para cambiar las cosas", declara convencido Guédiguian. Sea con violencia o sin ella como cauce para la solución, lo cierto es que el capitalismo sigue creciendo imparable devorando todo a su paso, donde los capitalistas son como ratones en una rueda, que corren cada vez más deprisa a fin de correr aún más deprisa, como sentenció el sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein.
Por fortuna, tenemos el cine, y a comprometidos directores para advertir de estos peligros y plasmar en pantalla historias contemporáneas y el devenir de nuestra historia.
También te recomendamos
-
La noticia "El discurso del amo es también el del esclavo". Robert Guédiguian retrata en 'Gloria Mundi' una cruda y sombría realidad social fue publicada originalmente en Espinof por Alvaro de Luna .
Javier Fernandez
https://ift.tt/1c1igf4
https://twitter.com/fernandezpanch
https://ift.tt/34z5wjl
No hay comentarios:
Publicar un comentario