Mia Leonin - El Nuevo Herald
En un discurso de 1977, el escritor argentino Jorge Luis Borges desmintió la idea de que la ceguera fuera un mundo de oscuridad cuando describió su propia “modesta ceguera”. Hablaba de ciertos colores, como el rojo, que le había abandonado por completo, mientras que otros, como el amarillo, nunca le habían sido infieles. Borges dijo: “El mundo del ciego no es la noche que la gente supone”.
En su último proyecto, Luna fluorescente, el dramaturgo, actor y director José Manuel Domínguez afirma la idea de Borges de que aún la ceguera tiene sus matices. Es más, la obra revela diversos modos de experimentar el mundo sin verlo.
Domínguez, quien es ciego, dirige un elenco de tres actores ciegos basado en sus experiencias. El mismo título se inspira en una anécdota de uno de los actores, Roberto Pérez, y su obsesión desde niño de ver la luna. Un día, su papá, desesperado por darle a su hijo alguna idea de la luna, le mostró un tubo circular fluorescente. Años después, cuando Pérez estudió en la universidad, fue un gran choque para él encontrar otra descripción más científica de la luna y sus verdaderas proporciones. Es justamente esa distinción, las variadas maneras de apercibir algo, lo que intrigó a Domínguez y sus actores. Hablamos con Domínguez, fundador de la compañía de teatro Antihéroes Project, sobre la obra, sus retos e innovaciones.
Francisco Javier Fernandez
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