En una entrevista que concedió en Japón, durante su visita a ese país de 1979, Jorge Luis Borges, con la gracia y la agudeza que lo caracterizaban, dijo: “Para recordar algo lo mejor es olvidarlo y que esa primera imagen vuelva al cabo de los años.”
Esa frase borgiana se conecta, a mi entender, con los hechos que festejamos esta noche: el aniversario de la revista digital Conexos (al terminar un año que parece surrealista, pues se compone de 16 meses) y la salida del primer Anuario impreso de esa publicación.
Pues podría decirse que el objetivo final de las revistas literarias se inscribe en ese sistema de olvido y rescate que Borges apunta: los escritos que esas publicaciones recogen nunca se pierden ni se olvidan; se depositan poco a poco en un compás de espera, se duermen en algún círculo de la memoria, como un sedimento. Al cabo de los años, si reencontramos la página en que esos escritos están, ese sedimento se reaviva, y volvemos a esas lecturas con mirada nueva, completamos la imagen que los textos nos habían dejado. Ese ejercicio de leer primero y olvidar a medias, preservar lo leído en un ámbito impalpable, para más tarde regresar al texto y recuperarlo con otras resonancias, nos da siempre un genuino placer.
Francisco Javier Fernandez
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