La filmografía de Clint Eastwood como actor tiene tanto de esencial como de peliaguda, principalmente por su relación con la violencia y con la glorificación de cierto tipo de masculinidad. No hay más que ver algunas cuentas tuiteras tirando de su cara o de personajes como 'Harry el Sucio' o el hombre sin nombre de la Trilogía del dolar de Sergio Leone para expresar su devoción por una clase de concepción del hombre más "incorrecta" y "viril" que ven hoy extinta.
Cierto que ayuda las propias ideas de liberalismo militante del propio Eastwood, pero lo cierto es que no dejar de ser interesante como su carrera como director ha decidido tirar por otros derroteros. Incluso dirigió 'Impacto súbito' para matizar un poco al personaje de Harry Calahan. Los mejores films como cineasta han expuesto esa clase de masculinidad y han señalado sus fracturas además de su futilidad. No hay película más esencial en ese sentido que una de esas obras maestras suyas que podemos ver en HBO Max, la extraordinaria 'Sin perdón'.
Matar a un hombre
Además de dirigir, Eastwood protagoniza la cinta junto a unos Gene Hackman, Morgan Freeman y Richard Harris que suelen acostumbrar a la excelencia, pero aquí realizan algo realmente excepcional bajo las instrucciones de Clint. Que sean todos rostros veteranos ayudan a barnizar la película con ese toque crepuscular que busca darle el director al género que tanto le dio como es el western.
La película nos introduce en un episodio de violencia, con dos hombres cortando la cara a una prostituta de manera cruda y aterradora. Nadie parece que vaya a hacer justicia tras esta tragedia, y hay que recurrir a trabajadores externos. Concretamente, con el retirado pistolero William Munny, que interpreta Eastwood, que tras quedarse viudo se ha dedicado exclusivamente al cuidado de su familia y de su granja.
Pero esa vida retirada no es fácil de mantener, y los problemas económicos afloran. Munny deberá aceptar el trabajo de llevar esos dos hombres a la justicia en compañía de un viejo compañero y de un joven inexperto. Pero este regreso no es glorioso ni heroico, es motivado meramente por las circunstancias y se realiza con tanta profesionalidad como con cierto sabor agridulce de seguir expandiendo el ciclo de venganza y violencia.
'Sin perdón': deconstrucción antes de la deconstrucción
Ahora se lleva el término "deconstrucción" cuando hablamos de un western moderno con algo de reflexión y aires crepusculares. Pero Eastwood ya hizo todo eso antes de volverse frecuente el término y la tendencia, y por eso han pasado 30 años desde su estreno y la película sigue resultando magnífica. El film es soberbio en lo dramático, eficaz en la tensión y la acción, y tiene un poso realmente enriquecedor.
Pero lo que la convierte es uno de los exponentes definitivos de la obra de Eastwood es cómo resulta un punto de inflexión definitivo de su carrera. De manera consciente o no, Clint mira a su propio pasado, a ese lleno de films violentos y de antihéroes, y lo explora con quietud y hasta arrepentimiento.
'Sin perdón' es una película que cuestiona la misma figura de los héroes y la destrucción que deriva de una masculinidad tan bravucona que resulta performativa e inútil. Lo más puramente western que encontramos en ella es la majestuosidad y exquisitez con la que está rodada, que sigue siendo una de las mayores delicias visuales de uno de los últimos grandes cineastas clasicistas.
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La noticia Qué ver en HBO Max: un excelente western crepuscular de Clint Eastwood que cumple 30 años siendo el mayor exponente de su filmografía fue publicada originalmente en Espinof por Pedro Gallego .
Javier Fernandez
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