‘Escalofrío’ (Frailty, 2001) surgió en una época de cambio para el cine de terror, un periodo extraño en el que cambió la concepción de lo que debía de ser una película de estudio, en plena resaca del éxito de ‘Scream, vigila quien llama’ (2001). Un periodo en el que poco a poco, la pantalla grande fue dejando espacio a proyectos alejados del slasher juvenil, tras cinco años de pósters con fotos de protagonistas salidos de la televisión colocados en orden de popularidad.
El cine independiente de terror de los 90 no tenía nada que ver con lo que es ahora. Había una separación casi hermética entre las producciones destinadas al videoclub o la televisión y los productos de estudio, con una entidad y presupuesto mayor, pero cierta producción urbana fue abriendo espacios para lo que luego acabaría convirtiéndose en mumblegore y el cine de festivales. Por ello, de vez en cuando el multicine abría sus puertas a producciones híbridas que vivían a caballo entre dos mundos.
Una de las productoras que hicieron este cambio posible fue Lionsgate Films, que con apenas cuatro años de vida ya había tenido el olfato de distribuir cosas como ‘El proyecto de la bruja de Blair’ (1999) o ‘American Psycho’ (2000) y con ‘Escalofrío’ consiguieron llevar a la pantalla grande lo que quizá hoy se enviaría directamente a alguna plataforma, puesto que tenemos una pequeña película de terror de tres personajes y unos valores de producción modestos que en su momento le aseguraron un recorrido por festivales antes de su estreno comercial silencioso.
Más King que King
Sin alcanzar una taquilla prodigiosa, consiguió tener muy buena boca a boca, recogiendo algunos de los mayores elogios de crítica de ese año, quizá en parte porque no dejaba de ser curioso que se presentara al mundo como el debut como director de Bill Paxton, un actor querido y conocido por sus papeles en el género en piezas como ‘Aliens: el regreso’ (1986), y ‘Los viajeros de la noche’ (Near Dark (1987) o quizá porque no se parecía a nada de lo que se estaba estrenando en aquella época, en la que igual aparecía un ‘Jeepers Creepers’ (2001) que un ‘Session 9’ (2001).
En su momento, la historia del film resultaba bastante original. Un hombre entra en las oficinas del FBI en Dallas, y le cuenta a un agente que su hermano es el buscado “asesino de la mano de Dios” contándole su historia desde 1979, cuando su padre se acercó a él y a su hermano una noche y les anunció que creía que Dios le había dado la misión de matar demonios, demonios que se hacen pasar por humanos. Esto da lugar a una situación de ambigüedad terrible en la que los dos niños observan cómo su padre se ha vuelto loco… o no.
No es sencillo encasillar el film. Podría entrar dentro de la escurridiza etiqueta del American Gothic, y sus temáticas de fanatismo religioso en el cinturón de la Biblia una mirada fantástica de ‘Sangre sabia' (Wise Blood, 1979) de John Huston, con algo de episodio perdido de la serie de los 90 ‘Millenium’ y relato coming of age rural que bien podría haber firmado Stephen King, ya que en realidad parece una encarnación de muchos de sus temas llevados al cine sin que hubiera todavía una ‘1922’ (2018) aunque sí ‘Carrie’ (1976), ‘Misery’ (1990) o, sobre todo, ‘El resplandor’ (The Shining, 1980).
Sugestión o mandato divino
En realidad podría ser como una de esas historias de la serie ‘Castle Rock’ en las que se crean historias que el propio escritor podría haber desarrollado. También pertenece a ese linaje de películas de terror en las que lo milagroso se expresa en términos muy ambiguos en cuanto a si es real o delirante, con la posibilidad fascinante de una cosmovisión religiosa terrible o e poder de la sugestión haciendo su trabajo en mentes susceptibles por el poder alienante de la propia religión. En ambos casos funciona estupendamente y son igual de terroríficos.
La dirección de Bill Paxton no es de ninguna manera excepcional, pero en su contención logra que la historia se desarrolle con la solidez atemporal de un clásico y deja brillar un guion ocurrente y sencillo con un fascinación conceptual compulsiva que logra ese toque alienígena que hace que ‘Escalofrío’ sea considerado, a 20 años de su estreno, un film de culto muy apreciado y redescubierto con frecuencia. Un padre viudo que asesina a gente por mandato divino y un hijo que rechaza la idea de Dios no se veían todos los días en la época de ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ (1998).
Los demonios y las visiones divinas son presentadas como delirios de forma puntual, logrando construir un espacio mental para su protagonista muy inquietante en su representación discreta, Paxton evita clichés del género, casi sin utilizar sangre, dando peso al núcleo dramático de la lucha paternofilial, con escenas de angustia crecientes, conforme la espiral de locura va creciendo y el padre llega a encerrar a sus hijos para esperar una visión de Dios que se nutre de una interpretación cotidiana y racional del propio Paxton.
Una joya oculta del terror del siglo XXI
Su estructura de relato oral tiene un paralelismo reconfortante, y es que no es otro que Matthew McConaughey, un futuro gran personaje en el mundo de King, quien va contando la historia, lo que logra crear un elemento extra de suspense y enigma a su alrededor, pues sospechamos que hay algo detrás de esa confesión. La conclusión es muy satisfactoria y consigue hacer un gran uso de los recursos esquemáticos de sus flashbacks para llevarla a otro nivel y dejando con ganas de ver más de esa cosmogonía creada.
Lamentablemente, Bill Paxton solo dirigió una vez más, pero no tendría nada que ver con el cine de terror. Una corta carrera tras la cámara que le emparenta con el actor Charles Laughton, cuya única película como director, la gran ‘La noche del cazador’ (Night of the Hunter, 1955), además, tiene algunos puntos en común con esta, principalmente por la ambientación rural y sus temas religiosos vistos desde la perspectiva de niños hermanos.
Sin llegar a la categoría de clásico, ‘Escalofrío’ es un film que logra trascender su condición de serie B de estudio independiente porque era tan extraña en su momento como lo es ahora con la mirada en perspectiva. Un relato efectivo con un terror que bascula entre el miedo a nuestros propios familiares y las posibilidades fantásticas del cine de Tourneur, dentro de parajes de literatura weird de Bloch, Matheson o King, toda una joya oculta del género que se resiste a desaparecer 20 años después de su estreno, incluso influenciando de vuelta a obras tan importantes como ‘Take Shelter’ (2011).
Disponible en Movistar+
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La noticia 'Escalofrío': 20 años de la mejor adaptación de Stephen King que este nunca escribió fue publicada originalmente en Espinof por Jorge Loser .
Javier Fernandez
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