El verano siempre ha sido una fecha idónea para recuperar esas series que se nos habían escapado a lo largo del año. Luego es cierto que se estrenan tantas últimamente -y va ir todavía a más con la inminente llegada de Disney+- que resulta imposible dar de sí para abordar todas, pero hoy vengo a hablaros de por qué ‘Peaky Blinders’ es una serie ideal para que veáis antes de que el verano de 2019 llegue a su fin.
A continuación voy a repasar todos los motivos por los que la serie creada por Steven Knight, que ya tiene en marcha un nuevo proyecto para BBC, encaja a la perfección para prácticamente cualquier tipo de espectador. Desde los que la convierten en un título imprescindible hasta otras más coyunturales que también merece tener en cuenta.
Por ser el momento perfecto para ponerse al día
La quinta temporada de ‘Peaky Blinders’ se estrena este domingo 25 de agosto en Reino Unido. Al ritmo de un episodio semanal, habrá concluido el 29 de septiembre. No son pocos los que siguen descargando series para verlas de la forma más cercana posible con la emisión original en su país de origen, por lo que coincide que uno se puede poner al día justo con el tramo final del verano.
Además, Netflix España ya ha anunciado que esta quinta temporada estará disponible para todos sus clientes el próximo 4 de octubre. Ya habremos dejado atrás el verano entonces, por lo que incluso tendrás unos días adicionales de margen para verte las cuatro anteriores entregas y disfrutar de los nuevos episodios antes de “zamparte” algún spoiler indeseado en redes sociales.
Por lo bien escrita que está
Steven Knight tiene control absoluto de la serie. Él ha firmado todos los episodios de ‘Peaky Blinders’ y solamente en dos de ellos -ambos de la primera temporada- ha contado con la colaboración de otros guionistas. En las series no es habitual tener un plan a largo plazo, por lo que a veces da la sensación de estar yéndose por los cerros de Úbeda o añadiendo tramas simplemente para alargar su existencia, pero nada de eso sucede en el caso que nos ocupa.
Ya desde la primera temporada queda claro que Knight tiene un plan para la serie y lo va ejecutando temporada a temporada, mostrando el progresivo ascenso de la familia Shelby y la forma de ir lidiando con los enemigos que Tommy va haciendo por el camino. La propia ‘Peaky Blinders’ nos recuerda cada no mucho tiempo que su protagonista no deja de maquinar mentalmente cómo ir evolucionando y ganando poder e influencia; una buena forma de recalcar las propias aspiraciones de la serie.
Además, puede que no abunden las líneas de diálogo memorables que usarse a modo de citas o para identificar rápidamente la serie, pero el nivel general de todas las conversaciones es impecable. Se dice lo que se tiene que decir de la mejor forma posible pero siempre respetando la personalidad de sus personajes.
Por el buen uso de la intensidad
Hay ocasiones en las que parece que ser intenso es sinónimo de que los personajes parezcan deprimidos, enfadados o ausentes y que para la creación de las escenas se confunda con un aire rimbombante para transmitir la idea de estar viendo algo importante en lugar de transmitirlo con los medios que tienes a tu disposición.
En ‘Peaky Blinders’ se tienen las ideas muy claras y sabe cómo llevar una situación al límite solamente con dos personajes conversando -inolvidable una negociación al límite en el final de la segunda temporada con la amenaza de una posible explosión-, desatando los infiernos con una sobredosis de violencia pero sin regodearse en ella más allá de lo necesario o solucionándolo todo con un acto de violencia concreto. En la variedad está la clave, pero también en saber qué hay que potenciar en lugar de dárselas de importante sin motivo. Eso la hace más accesible sin quitarle ni un ápice de fuerza.
Por Cillian Murphy
‘Peaky Blinders’ sería mucho menos interesante sin Cillian Murphy. El característico rostro del actor irlandés resulta esencial primero para entender a Tommy Shelby y más tarde para ir viendo su evolución sin que sean muy evidentes sus motivaciones. Su enigmática actitud lleva a que incluso varios miembros de su familia necesiten que explicite su plan porque va tan adelantado al resto sin necesidad de fanfarronear.
No encontraréis en la actuación de Murphy grandes cambios, porque su forma de abordar al personaje se centra en los pequeños detalles. Claro que puede quitarse de en medio a un enemigo cuando la ocasión lo requiere, pero él es el gran estratega detrás de todo. Y es que no solamente la serie perdería sin Murphy, también lo haría sin su personaje, porque cuesta ver una razón de ser para que siga adelante si en algún momento se ve superado y eso provoca su muerte.
Por el resto del reparto
Murphy es el pilar de la serie en términos interpretativos, pero Knight no quiere que Tommy sea el eje de absolutamente todo, por lo que también da al resto de personajes sus tramas. No es para menos si tenemos en cuenta el gran nivel del resto de actores, desde aquellos presentes en cada episodio hasta otros con menos apariciones pero que se dejan notar en cada una de sus aspiraciones.
Sería muy fácil destacar a Sam Neill y Tom Hardy, y lo cierto es que están impresionantes ambos, pero también quedarse corto de miras. Desde la brutalidad de Paul Anderson como Arthur hasta los sagaces movimientos en la sombra de Helen McCrory como Polly, el nivel interpretativo siempre se mantiene y te mantiene pegado a la pantalla. Y cuando llega el momento de decir adiós a alguno de los personajes, la serie no duda en hacer lo que necesita para seguir progresando.
Por la gran recreación de época
Cuando uno destaca mucho el apartado visual de una serie -o película-, en especial todo lo referente a la fotografía o al esfuerzo técnico para llevarnos a la época en la que sucede la serie, puede sonar a excusa para decir que lo realmente bueno de ella es algo accesorio, sobre todo cuando en algunos casos tienden a recrearse en ello para ocultar otros problemas. En ‘Peaky Blinders’ es algo que aporta y conecta de forma directa con el modo de ser de sus protagonistas.
Empezando por el característico look de los protagonistas masculinos hasta el logrado trabajo de ambientación en Birmingham, ‘Peaky Blinders’ cuida todos los detalles sin recalcarlos de forma innecesaria. Desde el arranque de la serie queda muy claro que estamos a principios del siglo XX, poco después de la finalización de la I Guerra Mundial, y es algo que se mantiene de forma constante, pero evolucionando a medida que van pasando los años.
Y es que recordemos que ‘Peaky Blinders’ está basada en una banda real, aunque su liderazgo estuvo más marcado en la época previa a la I Guerra Mundial, perdiendo poder e influencia en el panorama criminal después de esa terrible contiende bélica. La serie también incide en las rivalidades con otras organizaciones y en cómo los negocios de los Shelby van derivando hacia actividades dentro de la ley.
Por la duración de cada temporada
Las temporadas de seis episodios son algo bastante habitual en las series inglesas, por lo que el hecho de que ya se hayan estrenado cuatro temporadas de ‘Peaky Blinders’ es algo que no debería dar ninguna pereza a la hora de darle una oportunidad. A fin de cuentas, eso se traduce en 24 episodios en total hasta ahora, algo incluso compatible con aquellos que solamente quieran ver uno al día porque no les da tiempo más o simplemente porque los maratones televisivos no son lo suyo.
A cambio, también es una opción ideal para los espectadores que gocen más viendo las series en el menor tiempo posible. La idea de ver una temporada al día no es ningún disparate e incluso puede que te pique el gusanillo tras los potentes finales con los que ‘Peaky Blinders’ tiende a despedir cada nueva tanda de episodios.
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La noticia Por qué 'Peaky Blinders' es una serie ideal para ver antes de que acabe el verano fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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