El próximo 19 de mayo llegará a su fin una de las series más importantes de la historia de la televisión. Con la emisión del sexto episodio de la octava temporada, 'Juego de Tronos', la creación de George R.R. Martin, David Benioff y D.B. Weiss, dará su canto del cisne. A ver si así dejáis de dar la brasa.
Hace ya un tiempo que en la redacción de Espinof se preguntan por qué demonios no veo la serie de la que todo el mundo habla. No es una pose, es cuestión de gustos personales. Puse mis mejores intenciones en el año de su estreno y creo que soporté un par de episodios. Lo siento: it's not my cup of tea.
Sin que esto busque ser una provocación, plasmaré únicamente las cosas que me pasan por la cabeza cada vez que me propongo adentrarme en este rico universo fantasioso que tan de moda lleva unos años y que terminará en unas semanas. Hasta que saquen la precuela...
Pereza de historia
Si eres de los que no disfruta el cine asiático de terror por ser incapaz de diferenciar a los personajes, entenderás la enorme pereza que se apodera de mí cada vez que alguien me invita a ver 'Juego de Tronos'.
Familias, apellidos, clanes, gente con melena, gente sin duchar, clones de Jason Momoa, Jason Momoa, ¿cuál es el término correcto para referirse físicamente al sector que representa Peter Dinklage? Nah, olvídalo, no me interesa nada de lo que pase ahí.
¿No tuvimos bastante con media docena de películas de Peter Jackson dando la turra con la obra de Tolkien? ¿De verdad me estás diciendo que gente adulta que lleva negocios se flipa con una movida de zombis y dragones? ¿Dónde estaba toda esa gente cuando Miguel Bosé reventó la ciencia ficción de la mano de, atención, Fernando Colomo, Harvey Keitel y Klaus Kinski?
'Juego de Tronos' no te necesita. Tampoco el Universo de Marvel. Pero ahí estás tú gritando desde la fila 10-pasillo cuando te toque el guiño de unos breves segundos, apenas un puñado de frames diseñados estratégicamente para ti.
Sin duda te harán sentir especial cuando tu personaje favorito haga lo que siempre soñaste que hiciera. Nota mental: tú y otros tantos millones estaban esperando lo mismo, no es que seas especial.
Lo creeré cuando lo lea (en Twitter)
La pesadilla es real y tiene forma de tuit. Esa otrora inocente red pequeña, donde uno se desahogaba en la oficina para que su círculo personal se partiera de risa con sus ocurrencias en horas de trabajo (que es para lo que se ha creado esta mandanga: para ser despedido), ahora es una enfermedad de transmisión de spoilers donde la gracia está en reventar las sorpresas de cualquier película-evento o del último episodio de la serie de moda.
Y de lo segundo hay uno a la semana, al menos hasta que se apague el fuego del último dragón o lo que sea que se utilice como frase recurrente en la Tierra Media esa donde se desarrolla su trama. ¿Juvenalia?
Tampoco me interesa 'Juego de Tronos' porque no me siento partícipe. No la vivo. El mundo de la fantasía, de los dragones y mazmorras, exige un mínimo de tiempo libre que yo no poseo.
Quedadas con los colegas, disfrazados, para echar unas partiditas (es una forma de decirlo, esa gente trasnocha) a movidas en calabozos en las que, para colmo, nadie acaba desnudo por norma general es algo que está fuera de mi alcance.
El mundo de la espada y la brujería, los zombies de hielo y las luchas de poder en realidad ya forman parte de mi día a día en la vida real. Por favor, no me lo contéis.
¿Juego de tronos? ¡Sangre y tetas!
Mirad, no me lo toméis a mal, pero los ingredientes que más os ponen ya estaban en películas de la edad de oro del cine trash. Incluso dando pasos hacia una dirección donde los tronos jamás soñaron estar. Como en 'El último guerrero', una producción de Roger Corman.
Lucio Fulci también dio el do de pecho en cuanto a la movida de espadas con su imposible 'La conquista de la tierra perdida (Conquest)', donde uno ve incluso lo que pretendían cineastas más experimentales y valientes que cualquier director del show de HBO.
Por cierto, no olvidemos que el plasta de Alan Taylor, adalid de la serie, arruinó dos franquicias de éxito como 'Thor' y 'Terminator'. Poca broma.
De hecho, el mejor director que ha pisado el plató de la serie ha sido Neil Marshall, del que pronto podréis ver la estupenda 'Hellboy', que tiene mucho en común con trabajos suyos como 'Centurión', o incluso con 'Juego de Tronos', solo que siendo mucho más valiente. En el cine sale caro ser valiente...
Fuera de HBO, y compartiendo universo de criaturas fabulosas, me atrevería a decir que la última película de este género que he admirado de principio a fin ha sido 'Caballeros, princesas y otras bestias' ('Your Highness').
Eso es lo que yo entiendo por fantasía, y esta escena un claro ejemplo de lo que nunca verás en una serie donde todo se toma demasiado en serio. Tanto como sus fans, que puede que nunca hayan escrito "épica" en minúsculas.
En fin, disfrutad de la (re)calibración de vuestros televisores (puede que muchos también cambiaseis la configuración de vuestras pantallas para ver la brasa de moda de Alfonso Cuarón) y de vuestra píldora televisiva semanal, que ya me quedo yo en el sofá de los profanos con mi copia VHS de 'La Reina de Barbaria'.
Ah, y enhorabuena, que parece que la nostalgia también traerá de regreso aquella turra de Ron Howard llamada 'Willow' en forma de serie.
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La noticia Por qué no veo 'Juego de Tronos' ni me interesa lo más mínimo quién muere en Poniente fue publicada originalmente en Espinof por Kiko Vega .
Javier Fernandez
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