Ryan Murphy a veces es sorprendentemente interesante. Estando más que acostumbrados a 'American Horror Story' es refrescante su cambio de enfoques en sus otras dos antologías y que podríamos resumir tanto en 'Feud' como en 'American Crime Story' como una exposición de un tema con cierto toque morboso como excusa para hablar de temas sociales.
En 'ACS: El pueblo contra OJ Simpson' se habló, entre otras, de racismo (con toques clasistas) y machismo; en 'Feud: Bette & Joan' sobre la discriminación en Hollywood tanto por sexo como por edad y en la recién estrenada 'American Crime Story: The assassination of Gianni Versace', Murphy y compañía aprovechan el asesinato del celebérrimo diseñador en 1997 para hablar de la homosexualidad en los 90, de fama, apariencias y moda.
Esta segunda temporada de 'American Crime Story' constará de nueve episodios, de los cuales anoche emitió el tercero FX. La historia comienza con el asesinato de Versace (Édgar Ramírez) a manos del asesino en serie Andrew Cunanan (Darren Criss) y todas las ramificaciones pasadas y futuras que supuso la prematura muerte del diseñador.
Los que esperábamos una grandeza redonda y trepidante como la primera entrega de 'American Crime Story: El pueblo contra OJ Simpson' podemos esperar sentados ya que, de momento, tanto tono como enfoque es muy diferente. Diferencia que nace ya por el cambio de guionistas, con la llegada de un Tom Rob Smith que ya demostró en 'London Spy' sus ganas por ofrecer una visión más intimista de géneros que no lo son.
Es por eso que en vez de ver más lo que pasó después de la muerte de Versace, el interés gire hacia lo anterior con la acción saltando entre 1990, 1994 y 1997. Una oportunidad de conocer el pasado inmediatamente anterior de Andrew Cunanan, cómo conoce a Gianni y su llegada a Miami para perpetrar el asesinato.
Mientras que tiene bastante peso en la serie y hay una buena exploración del personaje, aquí sí que lo que echo de menos es un poco más del pasado de Andrew Cunanan. No en el sentido de sus orígenes (que no estaría mal) sino cómo ocurrieron sus asesinatos anteriores. Algo muestran, pero se antoja insuficiente.
Hace unas semanas la casa Versace comunicó su preocupación en torno a esta serie y lo que según ellos es un distorsionado retrato de la figura de Gianni y su marca construido en base de rumores y palabrerías recogidas en el libro de Maureen Orth. No obstante Tom Rob Smith toca en el segundo episodio la posibilidad de que el diseñador fuera seropositivo y esto siempre ha sido un tema tabú en la familia.
Un fantasma del VIH, que supuso el eje de gran parte del capítulo, toma su base en la posibilidad, reflejada en el informe policial, de que Andrew Cunanan estuviese infectado por el retrovirus. Si eso unimos al concepto de que el SIDA era entonces "enfermedad de gays" y la presunta actividad sexual de Versace y pareja (en el sentido de que, también según el informe, eran habituales las visitas de prostitutos a la villa), suponen una mezcla explosiva irresistible para un productor con ganas de contar inquietudes de la comunidad LGTB.
Una cosa que se destaca en 'The assassination of Gianni Versace' es el hecho de cómo se retrata al diseñador y a los que probablemente sean los dos grandes pilares de sus últimos años: Donatella (Penélope Cruz), su hermana, y Antonio (Ricky Martin), su novio.
Sobre todo en el caso de la primera se ve como una mujer con las ideas muy claras sobre cómo tiene que ser la empresa familiar, su marca y la imagen que proyecta. Ahí tenemos un par de conversaciones con Gianni sobre no ser ya "el futuro de la moda". No sé hasta qué punto el personaje ficticio es fidedigno al real, pero sí que Penélope Cruz le da una garra enorme.
De hecho con un par de gestos se nos muestra a Donatella como alguien con quien es mejor llevarse bien: esos reproches a Antonio por no haber sabido cuidar de él y por la vida que llevaban. Con una concepción, en el fondo muy tradicional, de lo que debe ser una pareja con uno proveyendo para el otro la seguridad y el otro correspondiendo con amor.
Los actores principales son irreprochables. Quizá sea Ricky Martin el único que se quede atrás, pero por lo general el reparto está muy bien. Por otro lado no podía faltar una gran selección musical. Aquí he de confesar que me puse a bailar con el clásico dance noventero que aparece en ciertas escenas.
Un gran mérito que tiene el comienzo de 'The assassination of Gianni Versace' es que, sin dejar de tener ciertos rasgos característicos de las series de Murphy como los alardes y la búsqueda del impacto, no cae en el exceso. También es cierto que se nota que el superproductor no está tan involucrado en la escritura como en sus otras series.
Aunque creo que de momento queda un poco lejos de 'OJ Simpson' en cuanto a calidad, estos primeros episodios de 'Versace' van por muy buen camino. Seguramente será una gran temporada que disfrutaremos con el buen hacer de Tom Rob Smith y Ryan Murphy.
Para finalizar, una queja: aún no sabemos cuándo llegará a España esta segunda temporada de 'American Crime Story'. Al igual que la primera, Netflix tiene los derechos sobre la serie, pero la plataforma solo ha avisado de que el estreno será en un futuro a partir de que finalice su emisión en Estados Unidos.
Lo que nos lleva a finales de marzo como mínimo. Teniendo en cuenta que 'El pueblo contra OJ Simpson' acabó estrenándose con una diferencia de casi nueve meses, miedo me da. Una estrategia que solo se explicaría por alguna cláusula (anticuada, de ser el caso) en el acuerdo de distribución con FOX. Algo extraño cuando hablamos de series de perfil alto como esta.
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La noticia 'The assassination of Gianni Versace' es un fascinante relato de glamur y juguetes rotos fue publicada originalmente en Espinof por Albertini .
Javier Fernandez
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