JOSÉ ABREU FELIPPE - Especial/el Nuevo Herald
Mario Ernesto Sánchez quiso celebrar este trigésimo Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami con la reposición de la obra con la que inauguró el Primer Festival el 2 de mayo de 1986. Se trata de Alguna cosita que alivie el sufrir (A Little Something to Ease the Pain) del dramaturgo cubano, santiaguero, René R. Alomá (1947-1986). Alomá no pudo ver el montaje de Sánchez, pues falleció poco antes en Toronto, Canadá. La pieza se había estrenado en su versión original en inglés en 1980.
Alguna cosita que alivie el sufrir es quizás una de las primeras obras que trata el tema del regreso, tantas veces abordado después, con mayor o menor suerte, en el teatro cubano de ambas orillas. Pay (Julio Rodríguez), el personaje principal, vuelve a su Santiago de Cuba natal, una semana antes del comienzo de los carnavales. Había salido al exilio con sus padres después del ascenso al poder de la dinastía de los Castro y 17 años después es que regresa por primera vez. Va a encontrarse con la casa de su infancia, con los recuerdos, muchos dulces, otros amargos; con los familiares que quedaron atrás, alguno de ellos aparentemente "integrado al proceso revolucionario"; con el recuerdo de un mártir en la familia que da nombre a una escuela; con su adorada abuela Cacha (Ana Viñas), sus queridas tías Dilia (María Malgrat) y Clara (Edna Schwab). También con su conflictivo hermano Tatín (Marío Ernesto Sánchez), su divertido primo Julio (Gerardo Riverón) y Ana (Alina Interián), esposa de Tatín, entre otros familiares y amigos. La sorpresa inesperada será Amelia (Claudia Quesada), una estudiante de "la Escuela de Cuadros del Partido" que está también viviendo en su casa.
Francisco Javier Fernandez
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