Imagina que ‘Del revés’ se hubiera tomado más cafeína de la necesaria: más o menos eso es ‘Recursos humanos’, el spin-off de ‘Big mouth’ que, pudiendo quedarse en la superficie y en los chistes bastos de su serie original, decide ser valiente e ir más allá. Aunque en el primer episodio un personaje afirma que se han vendido como un cruce entre la serie de la que viene y ‘The office’, Nick Kroll y los suyos han dado mucho más de sí de lo que cualquiera esperaría del spin-off de una producción marginal dentro del catálogo de Netflix.
Sí, esta primera temporada mantiene el humor surrealista y sexual de ‘Big mouth’, pero además añade una dosis de ternura agridulce y amor por la humanidad que, por momentos, la acerca más en sus intenciones a ‘Scrubs’. Palabras mayores.
De adolescentes a oficinas
Los vídeos sexuales educativos han existido desde siempre, desde el mítico ‘¿Qué me está pasando?’ hasta la infame ‘Pablito y Virginia’ o un par de episodios de ‘Érase una vez… la vida’, pero ‘Big mouth’ nunca se ha sentido en la necesidad de explicar lo de las abejas y las flores. Durante cinco temporadas repletas de groserías, genitales que hablan y monstruos de todo tipo, la serie no se ha parado a educar de la manera clásica, como si se tratara de un libro de biología, sino que se ha centrado en los cambios, las inseguridades y todo lo que conlleva ser adolescente. Todo ello con musicales dedicados a los tampones, almohadas sexys parlantes y groserías de todo tipo. Es una serie que, una vez pasado el shock de su estilo visual, sabe dar más de lo que parece.
La pregunta del millón es: ¿Hace falta haber visto ‘Big mouth’ para entender ‘Recursos humanos’? Aunque me gustaría ser más rotundo en la respuesta hay que decir que no, pero sí es recomendable. Se trata de un spin-off con todas las de la ley: da por hecho que comprendes cómo funciona la relación entre monstruos y humanos, y a partir de ahí amplía su propio universo. Es autoexplicativa, pero hay detalles que se disfrutan más siendo fan de la original.
Viniendo de una serie tan contenida en su temática (sexo y adolescentes), la cantidad de personalidades, personajes y tramas humanistas que se abren en ‘Recursos humanos’ sorprende al principio, aunque pronto vuelven a caer, entre episodios que lidian con la depresión, el Alzheimer o el desamor post-parto, en el chiste chabacano surrealista. Si te divierte la idea de un combate de boxeo entre penes al estilo ‘Rocky’, esta es tu serie. Pero si te chirría, no te preocupes: hay mucho también para ti.
Eres mi roca
‘Recursos humanos’ podría haberse quedado en el chiste escatológico para contentar al público aficionado a los tejemanejes de la pubertad de la serie original, pero los intercala con historias y reflexiones que entroncan con el desamor, la tormenta de emociones tras la maternidad o incluso las enfermedades neurodegenerativas. Nada mal para una serie que introduce personajes como Pete, la roca encargada del sentido común o Keith, el jersey del departamento de duelo.
Sí, por momentos esta primera temporada es un simple refugio adolescente repleto de sexo, hormonas, orgías y humor absurdo, pero también se modela como algo completamente nuevo, e incluso abre un nuevo camino en la relación y la personalidad de sus dos personajes más veteranos, Maury y Connie, que posiblemente afecte a la sexta temporada de ‘Big mouth’. Pero, además, no abandona sus señas de identidad más allá de lo calenturiento. Sigue habiendo canciones pegadizas, chistes grotescos, escenas tiernas y no faltará un cameo proveniente de su habitación en Nueva York. El equilibrio entre tener personalidad propia y continuar con lo que funcionaba es casi perfecto.
Nuevos caminos, nuevas tramas
Si en ‘Del revés’ los sentimientos trabajaban dentro de tu cabeza, en ‘Recursos humanos’ lo hacen en una oficina, de 9 a 6, y esto hace que se abran a nuevas narrativas: los personajes humanos a los que ayudan pasan a ser el plato secundario, mientras que la interactuación entre los diferentes monstruos gana en importancia. Líos amorosos con el Ángel de la Adicción (doblado por Hugh Jackman, nada menos), desencuentros sexuales entre Maury y Connie e incluso la relación maternofilial más enfermiza de la historia con el Mago de la Vergüenza: lo mejor de esta primera temporada es que no deja a ningún personaje como un simple recurso humorístico. Todos tienen su propia trama y su evolución particular.
‘Recursos humanos’ explica cómo funcionamos en lo más hondo de nosotros mismos, e incluso tiene un hueco para mostrar que no todos los sentimientos son iguales en intensidad o duración para todo el mundo. Pero además, da a todos estos personajes una vida fuera del trabajo con sus propios secretos y relaciones, aunque es cierto que algunas de estas tramas quedan algo desligadas y es inevitable hacerse preguntas: ¿En qué trabajan el resto de monstruos que vemos en la serie? ¿Hay todo un mundo fuera de las oficinas de los sentimientos? Hay mucho potencial en la segunda temporada, aunque es cierto que parece que ni siquiera la propia serie está preocupada por su coherencia interna.
Esta dejadez heredada le da un toque de encanto a algunos episodios, como si fueran un trabajo de grupo terminado a última hora, aunque algunos de estos momentos, como los chistes meta al estilo “No puede venir, está en la trama A del episodio”, que en ‘Big mouth’ son modernos y punzantes (especialmente en la voz de John Mulaney), aquí suenan a gastados. Por suerte, son pequeños detalles que no quitan calidad a una temporada brillante que explora este universo hasta límites insospechados.
Sonrisas, genitales y lágrimas
Una mujer que acaba de parir y no sabe si quiere a su hijo (o a su marido), un hombre que ama por encima de todo a los Phoenix Suns, un hombre que cuida de su madre anciana con Alzheimer y la propia madre, viviendo en sus recuerdos: ‘Recursos humanos’ viaja con una claridad pasmosa entre las tramas más humanas, que son las que nos van a llegar al corazoncito y donde trata de ser más adulta que su predecesora.
Contradicciones, exceso de confianza en uno mismo, la sensación de estar perdido en la vida, la aceptación de la cercana muerte de un ser querido o la tuya propia marcan los episodios, que, sin dejar nunca de lado el humor, nos sacarán más de una lagrimita. Estas tramas están contadas de manera orgánica, sin que en ningún momento parezcan un pegote o distraigan del resto de aventuras del mismo capítulo. De hecho, logran que se entremezclen de manera casi siempre natural.
La serie tiene muy claro lo que quiere ser (y lo que es), y es tremendamente coherente consigo misma, algo que puede suscitar el odio de muchos. Sí, es innegable, es una serie guarra con un humor chusco, pero también sabe hablar de sensaciones humanas naturales (vergüenza, amor, ambición) sin que sea en ningún momento cursi o irreal. En el fondo, y pese a los combates de boxeo entre penes, ‘Recursos humanos’ celebra las contradicciones del ser humano que conforman nuestra personalidad, y descubre que no hay una sola manera de estar triste, angustiado o enamorado. Y eso es mucho más de lo que necesitaba dar.
En resumidas cuentas
Si vienes por el humor sexual de ‘Big mouth’, vas a disfrutar en grande, pero si buscas algo más… ¡Es muy probable que también! ‘Recursos humanos’ no abandona las bromas para mayores de 18 años pero las mezcla con un comentario sobre la humanidad: la mezcolanza de ambas queda sorprendentemente bien. Ayudan unos personajes fáciles de querer desde el primer minuto, unos diseños muy inspirados y unas tramas en las que todos nos podemos sentir identificados.
‘Recursos humanos’ es una pequeña joya del catálogo de Netflix que sobrepasa las expectativas que cualquiera pudiera tener puestas en ella. Eso sí: si no sabes a lo que vas, ponte a verla con la mente muy –muy- abierta.
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La noticia 'Recursos humanos': el spin-off pasado de vueltas de 'Big Mouth' en Netflix es una versión para adultos de 'Del revés' fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .
Javier Fernandez
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