Freddie Mercury es uno de los músicos más importantes del siglo XX y Queen un grupo emblemático que se tiene muy ganada a pulso su fama. No cuesta entender que el mundo del cine se haya interesado en su historia, siendo en 2010 cuando se puso en marcha ‘Bohemian Rhapsody’, una película que debía protagonizar Sacha Baron Cohen, pero el actor abandonó el proyecto porque quería un enfoque más adulto mientras que el resto de la banda prefería algo más apto para todos los públicos.
‘Bohemian Rhapsody’ estuvo varios años dando tumbos y empezaba a haber dudas sobre si el proyecto saldría finalmente adelante. Los fichajes de Bryan Singer para dirigirla y Rami Malek para protagonizarla dieron el empuje definitivo a una película que llega a los cines españoles el próximo 31 de noviembre. Entre lo positivo destaca que el actor resucita a Mercury y que sus últimos minutos funcionan muy bien, pero en lo demás resulta un tanto superficial.
Una película para todos los públicos
Seamos claros: ‘Bohemian Rhapsody’ sigue bastante al dedillo la fórmula del biopic musical, resaltando los logros del protagonista y mencionando pero sin profundizar en sus demonios personales. Quien busca algo diferente a esto va a sentirse muy decepcionado, y quien además desee que se entre a hablar en profundidad de los momentos más oscuros de la vida de Mercury ya puede ir ahorrándose el dinero de la entrada.
Y es que lo que realmente le interesa a la película es mostrar cómo Freddie Mercury se convirtió en un mito, pasando para ello por todas las etapas de su vida desde justo antes de pasar a formar parte de Queen hasta el mítico concierto Live Aid en 1985. Todo lo que vino después se lo ahorran y con anterioridad a ello se había optado por incidir su enfermedad con mucho tacto, quizá demasiado, para que fuera su talento musical lo que se impusiera por encima de todo.
Sin embargo, me he adelantado demasiado, ¿qué es lo que ofrece ‘Bohemian Rhapsody’ que no podamos descubrir leyendo simplemente la biografía de Mercury? En algunos aspectos, como la relación con su propia familia, bien poco y en líneas generales al guion de Anthony McCarten le falta dar la suficiente profundidad a todo lo que le rodea, olvidándose a veces de determinados frentes para luego recuperarlos cuando más le conviene.
Se limita a sí misma
Eso provoca que el resto de personajes se queden un poco a medio gas. Aquí no quiero dar a entender que los actores lo hagan mal, pero sí que les falta chicha para ser más que simples complementos. Que en el fondo lo serían igualmente, pero toda película debería permitir que los personajes secundarios encuentren algo de voz propia y aquí eso solamente sucede puntualmente en el caso del interpretado por Lucy Boynton y porque las propias necesidades narrativas de la película lo requieren.
Eso es algo que se va compensando un poco porque la propia fuerza de las canciones del grupo sirve para que pequeñas anécdotas alrededor de su origen sean suficiente para que el espectador se deje llevar por ellas. Ahí Singer lo tenía fácil para no pifiarla, limitándose a un trabajo de puesta en escena fluida que potencie la naturaleza ligera de la película con la que pretende llegar a la mayor cantidad de público posible.
Un buen ejemplo de ello es que en realidad se presta mucha más atención a la mujer que jugó un gran papel en su vida y con la que inicialmente tuvo una relación romántica que a sus aventuras homosexuales y al hombre con el que encontró la estabilidad. Sí, la homosexualidad no se esconde, pero se opta más por dar a entender que ha sucedido algo o simplemente volver a caer en lo que mencionaba antes de ser un simple complemento.
Lo mejor de ‘Bohemian Rhapsody’
Dicho esto, no he odiado en ningún momento ‘Bohemian Rhapsody’ y sus más de dos horas de metraje nunca se hacen pesadas, pero es que hay dos aspectos positivos que evidencian aún más las limitaciones de lo que hemos visto hasta entonces. El primero es la reproducción en versión reducida del concierto Live Aid. Ahí Singer va mucho más allá con la energía que ya intentaba imprimir a otras actuaciones y por momentos logra erizarte la piel y meterte de ello en algo realmente único. Aunque me queda la duda de si eso se lo debemos a él o a la aportación de Dexter Fletcher a la película...
Lo otro que sobresale es Malek. No voy a decir que lo tenía más fácil al estar todo más al servicio de su personaje, ya que Mercury es un artista único y había muchas posibilidades de quedarse corto y de acabar siendo ridículo por los excesos cometidos. El protagonista de ‘Mr. Robot’ no solamente sale airoso del reto, pues llega a convertirse literalmente en Mercury, tanto en su forma de actuar como en la apariencia física y la utilización del lenguaje no verbal, algo clave en el caso que nos ocupa.
Además, lo logra sin dar en ningún momento la sensación de estar imitando a Mercury, lo cual habría sido un error. Malek se entrega al personaje hasta el punto de mimetizarse con él, logrando así compensar las debilidades de la película, las cuales incluso afectan al protagonista en algunos momentos, porque se plantean muchos aspectos de su personalidad pero no parece haber verdadero interés en indagar en la mayoría de ellos.
En definitiva, ‘Bohemian Rhapsody’ es un biopic entretenido pero superficial en el que la excelente interpretación de Malek y la capacidad para hacernos vibrar durante su tramo final compensan en parte el hecho de no haber querido ahondar en una serie de tramas que habrían dado mayor riqueza al resultado final.
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La noticia 'Bohemian Rhapsody': Rami Malek resucita a Freddie Mercury en una película entretenida pero superficial fue publicada originalmente en Espinof por Mikel Zorrilla .
Javier Fernandez
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